Es realmente impresionante la cantidad de gente adulta en la población urbana que no conoce a sus vecinos. La convivencia es una pieza clave para definir una calidad de vida adecuada. Darle prioridad a cuidar la convivencia con los vecinos y cercanos favorece de muchas maneras el día a día. Para empezar, aumenta la sensación de seguridad para toda la comunidad, pues conocer a quienes viven cerca permite disminuir la desconfianza que uno pueda tener con respecto a los demás.
Si se logra establecer buena relación con los vecinos, se estarán abriendo puertas de información y recursos muy válidos para quienes conviven. Por ejemplo, si se necesita un taladro para hacer alguna mejora en la casa, es probable que el vecino tenga uno que pueda facilitar.
Actualmente la sociedad global sufre de un problema de individualización que termina causando sensaciones de soledad y aislamiento, más aún en situación de pandemia, donde la sensación se suma a una percepción de fragilidad. Establecer relaciones con quienes se convive combate por excelencia la sensación de soledad, y se pueden abordar problemas y soluciones como una comunidad.
Las interacciones sociales crean felicidad en nuestro cerebro por lo que, aunque no lo creas, saludar a esa vecina que siempre se te queda viendo raro cuando sales te beneficiará tanto a ti como a ella.
Una buena práctica es trabajar en mejorar la cordialidad, desde un simple saludo, hasta poder mostrar una cuota de solidaridad para con quien vive cerca. Esto genera una cadena de buenas acciones y actitudes que terminan moldeando un ambiente comunitario sano y unido. Esta práctica siempre compromete una clave que resulta importante: la iniciativa. Generalmente todos desean tener una buena convivencia con sus vecinos, pero la totalidad espera que alguien se les acerque para comenzar a interactuar. Es por ello que esto suele ser un impedimento que acaba con las mínimas posibilidades de conocer al resto. A veces dar el primer paso es lo que permitirá al vecino/a sentir la seguridad de interactuar, e incluso de tomar la iniciativa posteriormente, construyendo una relación solidaria.
Anímate a construir tu comunidad, a experimentar los beneficios de una saludable convivencia, y experimentar una mejor calidad de vida.
- Beneficios de la asociatividad
La Asociatividad se puede entender como una facultad social de los individuos, que determina un medio para sumar esfuerzos y compartir ideales a través de la asociación de personas, para finalmente dar respuestas colectivas.
Como instrumento de participación social, se caracteriza por surgir del común acuerdo, en que un grupo humano en concordancia con las voluntades individuales que lo componen considera tener intereses similares y un mismo objetivo a realizar, formando así una asociación en particular. Es decir, asociatividad es reconocer los mismos objetivos y apoyarse en lograrlos juntos.
La asociatividad suele ser parte de un lenguaje que escuchamos en las empresas, pero ciertamente es un concepto que tiene mucha relación con la forma de llevar adelante una comunidad. En ese sentido, se puede identificar algunos valores que son importantes para la participación social:
CONFIANZA:
No podrá haber confianza si no existen relaciones abiertas y francas a través del diálogo abierto y el manejo generoso de la información. Si todos saben y manejan la misma información, se cuidará la confianza.
TRANSPARENCIA:
En la definición de los acuerdos, la toma de decisiones y el uso de los recursos. Respetar el derecho a la transparencia mantiene justa y efectiva la asociatividad, y de esta manera se evitan problemas generados por malos entendidos o suposiciones que no hacen más que desgastar las relaciones entre las personas asociadas.
RESPETO:
Escuchar y valorar la opinión de los otros dentro de un proceso armónico de disenso, confrontación, crítica, e intereses y expectativas diversas. El respeto hará que se fortalezca el compromiso con los demás y con los objetivos en común.
INCLUSIÓN:
Sin importar la diferencia de recursos, conocimientos y demás, todos tienen las mismas oportunidades de participación en la toma de decisión y en los beneficios obtenidos. Esto complementará los valores del respeto, pues el derecho justo e igualitario para la participación producirá una sana sensación de ser parte del conjunto, involucrándose más en el logro asociado de los objetivos.
RESPONSABILIDAD:
Corresponsabilidad de compromisos en los acuerdos y tareas sin protagonismos, individualismos, siempre trabajando en equipo. La responsabilidad compartida fomentará que todos valoren el aporte de cada uno de los que conforman una acción conjunta.
Poner en práctica los valores de la asociatividad dependerá de los objetivos identificados en conjunto, y de los acuerdos que finalmente se puedan definir. Para ello, las instancias como las juntas vecinales son potencialmente espacios donde se puede fortalecer el compromiso y la organización, y llevar a cabo una valiosa asociatividad.
